El Informe Planeta Vivo 2010, publicado por la Organización Mundial de Conservación (WWF), analiza el estado de los recursos naturales del mundo y menciona la Huella Ecológica global como su principal fuente de degradación. La conclusión principal es que el actual nivel de consumo solo se podría sostener a largo plazo si contáramos con un 30% más de los recursos que nuestro planeta posee en la actualidad.
Que la actividad humana genera impactos sobre la naturaleza no es ninguna novedad. Tampoco la extinción de especies ni la pérdida de bosques o la contaminación. Pero pocas veces tenemos oportunidad de dimensionar cómo nuestro estilo de vida y nuestro patrón de consumo afectan a los recursos naturales del planeta y, menos aún, de evaluar la magnitud de estos problemas a una escala global.
WWF, la Global Footprint Network y la Sociedad Zoológica de Londres han realizado la evaluación de algunos indicadores que permiten medir la salud del planeta en relación a sus recursos naturales y al nivel de impacto de la actividad humana sobre ellos.
Los resultados son contundentes: en los últimos 40 años, el Índice Planeta Vivo ha disminuido un 30%, mientras que la Huella Ecológica de la humanidad (una forma de medir nuestro impacto sobre el medio ambiente) se duplicó desde 1966.
La Huella del Hombre
Seguramente muchos de los lectores tomaron en el día una taza de café. Pero pocos habrán reflexionado sobre la demanda que este simple hecho cotidiano implica sobre los recursos naturales.
Si dijera que la cantidad de agua utilizada para poder darnos ese pequeño placer es de 140 litros por cada pocillo, resultaría llamativo.
Y sin embargo, ese es el número de litros involucrados en todo el proceso de producción de este producto: la cantidad de agua necesaria para el cultivo, el procesado, la distribución y el consumo final.
Medir la Huella Ecológica de un producto implica evaluar y mirar su ciclo de vida en su totalidad para tener una real dimensión de todo lo involucrado en el proceso. Sobre esta base, el Informe Planeta Vivo realizó un ranking de países con mayor Huella Ecológica y analizó luego la situación a nivel global, comparándola con el índice anterior sobre la salud de los ecosistemas.
La conclusión es la esperada: la presión que generamos sobre los recursos del planeta no es sostenible.
Por ejemplo, en 2007 la humanidad consumió recursos naturales renovables que le demandarán al planeta un año y medio reponer.
Las consecuencias de esta sobreexplotación son visibles a través de la tasa mundial de deforestación (13 millones de hectáreas por año, superficie equivalente a la de Grecia), en que 3 de cada 4 pesquerías comerciales del mundo se encuentren en situación crítica o al borde del colapso, en el aumento de la temperatura promedio global como consecuencia del Cambio Climático y muchos etcéteras.
Todo esto en un escenario donde el crecimiento de la población mundial (entre 8.000 y 10.000 millones de personas estimados para 2050 por Naciones Unidas) y la mayor demanda de recursos para mejorar el nivel de vida en los países en desarrollo complica aún más el panorama.
No hay duda de que los recursos naturales ya son un bien escaso, y lo serán aún más en un futuro cercano…
Los que poseen la riqueza
Existen 10 países en el mundo que, en conjunto,concentran el 60% de las riquezas naturales del planeta. La Argentina es uno de ellos.
Basado en la extensión de su territorio, la diversidad de climas, la productividad de sus suelos y la riqueza de su plataforma marina continental, nuestro país tiene un lugar de privilegio en el mundo.
Con capacidad de sostener elevados niveles de producción de alimentos, una superficie forestal importante que actúa como reservorio de CO2, y una densidad de población aún baja, la Argentina se posiciona muy bien en un mundo donde los recursos naturales comienzan a ser escasos.
Sin embargo esta riqueza, que comparte con otros países de la región como Brasil, no está exenta de riesgos y se encuentra sujeta a una presión que va en aumento: la región Neotropical (que incluye fundamentalmente a Sudamérica), junto con la Indo-Pacífica, ha sido una de las que mayor nivel de degradación ha mostrado en las últimas décadas, con una disminución del 55% en el Índice Planeta Vivo.
Al mismo tiempo, regiones como Europa han incrementado o mejorado la situación de sus recursos naturales como producto de la inversión en programas de restauración forestal, áreas protegidas y ordenamiento territorial.
¿Cómo se explica que los países más ricos y con un nivel de vida elevado (y por consiguiente mayor consumo de recursos) hayan logrado mejorar su situación?
La respuesta está dada por la globalización: muchos de los recursos que se consumen en los países desarrollados provienen de regiones “alejadas”, es decir de países en vías de desarrollo, que sostienen estos niveles de consumo. Grandes volúmenes de diferentes commodities agrícolas así como productos de la pesca, entre otros, se exportan de Argentina a la Unión Europea o China.
Y la producción no sustentable de estos commodities genera una presión considerable sobre nuestros recursos (deforestación, sobrepesca).
Alternativas de acción
El tiempo es corto pero existen alternativas para comenzar a resolver esta situación.
Eso sí, requieren el compromiso de todos: desde los principales gobiernos del mundo hasta los ciudadanos, pasando por las grandes corporaciones y todo el sector productivo.
El cambio a lograr es muy grande e incluye repensar un nuevo paradigma sobre el desarrollo y el crecimiento ilimitado del consumo en un mundo finito en cuanto a sus recursos naturales.
La propuesta principal del Informe Planeta Vivo tiene que ver con avanzar hacia una economía más “verde”, donde la mejor manera de medir el desarrollo no se limite al uso del PBI u otros indicadores puramente económicos sino que se aborde desde una mirada integral. Al mismo tiempo, necesitamos invertir en nuestro capital natural a través de la creación de áreas protegidas, la reducción de la deforestación, la mejora en la eficiencia en las áreas productivas y en la valorización de la biodiversidad y los servicios ambientales.
Energía y alimentación serán dos de los principales temas a resolver por la humanidad en las próximas décadas, tanto como encontrar mecanismos para compartir recursos limitados en un mundo que muestra grandes desigualdades en materia de desarrollo.
Toda esta situación requiere de una nueva mirada política, económica y social sobre el creciente nivel de incidencia que tiene el manejo de los recursos naturales en un mundo globalizado. Mientras tanto, mucho podemos hacer desde lo individual para cambiar esta realidad. Desde preocuparnos por la Huella Ecológica de los productos que consumimos hasta la reducción del consumo innecesario, pasando por participar para que estos temas ingresen con mayor fuerza en la agenda pública. Solo una combinación de muchas acciones individuales acompañadas de políticas públicas y mejores prácticas en el sector corporativo puede generar un cambio de la magnitud que nuestro planeta necesita.
Para más información: "Planeta vivo" en buscador de www.vidasilvestre.org.ar
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